En
Medjugorje (Citluk, Bosnia y Herzegovina) más de quince años
seis testigos fidedignos perseverantemente dan fe bajo
juramento, que desde el 24 de junio de 1981, la Bienaventurada
Virgen María, o la "Gospa", como aquí se la conoce
afectuosamente, se les aparece casi cada día hasta el de hoy.
El primer día
En
la fecha citada, hacia aproximadamente las seis de la tarde, en
la zona de la colina de Crnica, conocida como Podbrdo, los niños
Ivanka Ivankovic, Mirjana Dragicevic, Vicka Ivankovic, Ivan
Dragicevic, Ivan Ivankovic y Milka Pavlovic vieron una
increíblemente bella mujer joven, con un niño pequeño en brazos.
No les dijo nada, pero les indicaba con gestos que podían
acercarse. Sorprendidos y asustados, tuvieron miedo de
acercarse, aunque pensaron inmediatamente que era la Virgen.
El segundo día
El
segundo día, el 25 de junio de 1981, los niños quedaron en
encontrarse nuevamente en el mismo lugar donde el día anterior
ya se había aparecido la Virgen, esperando verla nuevamente. De
repente, un destello de luz. Los niños miraron hacia arriba y
vieron a la Virgen, esta vez sin el niño. Era
indescriptiblemente bella, sonriente y alegre. Les hizo gesto
con sus manos de que se acercaran. Se animaron y subieron hacia
ella. Inmediatamente cayeron de rodillas y empezaron a rezar el
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. La Virgen rezaba con ellos,
menos el Avemaría.
Después de rezar, empezó a hablar con los niños. Ivanka, lo
primero de todo, le preguntó por su madre, que hacía dos meses
que había fallecido. Y Mirjana pidió a la Virgen alguna señal
para dar a la gente, para demostrarles que no estaban ni locos
ni mentían, como algunos habían dicho.
La
Virgen dejó a los niños finalmente con las palabras: "Dios esté
con vosotros, mis ángeles!" Antes, cuando le preguntaron si la
volverían a ver al día siguiente, les contestó asintiendo con la
cabeza.
Según los videntes, todo el encuentro fue indescriptible. Ese
día, dos niños que formaban parte del grupo el primer día, no
estaban: Ivan Ivankovic y Milka Pavlovic. En su lugar vinieron
otros dos: Marija Pavlovic y Jakov Colo. Y desde entonces, según
esos seis niños, la Virgen se les aparece regularmente. Milka
Pavlovic e Ivan Ivankovic, que estuvieron presentes el primer
día de las apariciones, no volvieron a ver más a la Virgen,
aunque volvían al lugar de las apariciones con la esperanza de
verla.
El tercer día
El
día 26 de junio de 1981, muy ilusionados los niños, esperaron
hacia las seis de la tarde, que era cuando se les había
aparecido previamente. Iban hacia el mismo lugar, para
encontrarse ahí con ella. Estaban muy contentos, aunque, al
preguntarse cuál sería el resultado de todo ello, su alegría se
mezclaba con temor,. A pesar de todo, los niños sentían algún
tipo de fuerza interior empujándoles a encontrarse con la
Virgen.
De
repente, mientras los niños se encontraban aún de camino, una
luz destelló por tres veces. Para ellos, y para quienes les
seguían, era una señal indicando el paradero, la presencia de la
Virgen. En ese tercer día, la Virgen se apareció todavía más
arriba que en los días anteriores. De golpe, la Virgen
desapareció. Pero cuando los niños empezaron a rezar, volvió a
acudir. Estaba alegre y sonriendo serenamente, y otra vez más,
su belleza era irresistible.
Cuando salieron de casa, algunas mujeres mayores les aconsejaron
llevar agua bendita con ellos para asegurarse de que no fuera el
demonio. Cuando estuvieron con la Virgen, Vicka cogió el agua y
la echó en dirección de la visión, diciendo: "Si tú eres nuestra
Madre bendita, por favor quédate, y si no, aléjate de nosotros".
La Virgen sonrió al oir eso y se quedó con ellos. Entonces fue
cuando Mirjana le preguntó su nombre, y ella le contestó: "Soy
la bienaventurada Virgen María."
Ese
mismo día, bajando del Podbrdo, la Virgen se apareció
nuevamente, esta vez sólo a María, diciendo: "Paz, paz, paz y
sólo paz". Detrás de ella, Marija pudo ver una cruz. Tras lo que
la Virgen, con lágrimas, corroboró: "La paz debe reinar entre el
hombre y Dios, y entre todos los pueblos!". Esto tuvo lugar
hacia medio camino subiendo al lugar de las apariciones.
El cuarto día
El
27 de junio de 1981, la Virgen se apareció tres veces a los
niños. Esta vez, los niños le preguntaron todo tipo de
cuestiones, y la Virgen les respondió. Para los sacerdotes, dió
el siguiente mensaje: "Han de creer firmemente, y han de cuidar
la fe del pueblo". Nuevamente, Jakov y Mirjana pidieron una
señal, porque la gente había empezado a acusarles de mentir o
tomar drogas."No tengáis miedo de nada", les contestó la Virgen.
Antes de despedirse, al preguntarle si volvería, dijo que lo
haría. Bajando el Podbrdo, la Virgen se apareció una vez más
para despedirse con estas palabras: "Que Dios esté con vosotros,
mis ángeles, idos en paz!".
El quinto día
El
día 28 de junio de 1981, grandes multitudes, de todas partes,
iban juntándose ya desde muy temprano. Hacia el mediodía, había
unas quince mil personas. Ese mismo día fray Jozo Zovko, el
párroco, interrogó a los niños sobre lo que habían visto y oído
en los días anteriores.
A la
hora de costumbre, la Virgen nuevamente se apareció. Los niños
rezaron con ella, y luego le preguntaron. Así, Vicka, le
preguntó: "Mi querida Señora, qué quisieras de nosotros, y qué
de nuestros sacerdotes ". La Virgen le contestó: "La gente debe
rezar y creer firmemente". De los sacerdotes, dijo que debían
ser fuertes en la fe, y ayudar a los demás a creer firmemente.
Ese
día, la Virgen acudió y se fue varias veces. Una de esas veces,
los niños le preguntaron por qué no se aparecía en la parroquia,
para que todo el mundo le pudiese ver. Contestó:
"Bienaventurados aquellos que sin haber visto, han creído".
Aunque la multitud les importunaba con sus preguntas y
curiosidades, y el día era bochornoso y pesado, los niños se
sentían como en el cielo.
El sexto día
El
29 de junio de 1981, los niños fueron llevados a Mostar para un
reconocimiento médico, tras el que se les diagnosticó como
"sanos". El informe del médico jefe de servicio fue: " No están
locos los niños, sino la persona que los ha traído aquí."
La
multitud ese día, en la colina de las apariciones, fue mayor que
nunca. Tan pronto como los niños llegaron al lugar de siempre y
empezaron a rezar, la Virgen se apareció. En esta ocasión, la
bienaventurada Madre de Dios les exhortó a tener fe,
diciéndoles: "La gente debe creer firmemente y no tener miedo".
Ese
día, una doctora que iba siguiendo y observándoles a los niños
durante la aparición, deseó tocar a la Virgen. Los niños guiaron
su mano al lugar donde se encontraba el hombro de la Virgen, y
sintió como un estremecimiento. La doctora, aunque fue
agnóstica, tuvo que reconocer que: "Aquí, algo extraño está
pasando".
El
mismo ese día, un niño llamado Daniel Setka, fue milagrosamente
curado. Sus padres lo llevaron a Medjugorje, rezando
específicamente para su curación. La Virgen había prometido que
ello se haría si los padres rezaran, y ayunaran, y creyeran
fuertemente. El niño fue sanado de repente.
El séptimo día
El
30 de junio de 1981, dos chicas jóvenes propusieron a los niños
videntes irse lejos en coche, para poder dar un paseo. De hecho,
su intención era llevarlos lejos de la zona, y retenerlos hasta
después que el tiempo usual de la aparición hubiera pasado. Sin
embargo, aunque los niños se encontrasen bastante lejos del
Podbrdo, en el momento normal de la aparición, pasó como si una
llamada interior les incitara a pedir de salir del coche. Tan
pronto como lo hicieron, y se pusieron a rezar, la Virgen se
acercó hacia ellos, desde la dirección del Podbrdo, que en ese
momento se encontraba a un kilómetro. Rezó siete padrenuestros,
etc.
Asi
la trampa de aquellas jóvenes quedó sin efecto. Muy pronto
después de esto, la policía empezó a entorpecer a los niños y
los peregrinos de ir a Podbrdo, el lugar de las apariciones.
Aunque primero a los niños y luego a la multitud, se les
prohibió ir, la Virgen siguió apareciéndoseles en lugares
escondidos, en sus casas y en el campo. Los niños ya habían
conseguido confianza y abiertamente hablaban con la Virgen,
buscando ilusionadamente sus consejos, escuchando sus
advertencias y mensajes.
De
esta forma, los acontecimientos de Medjugorje continuaron hasta
el 15 de enero de 1982.
Al
mismo tiempo, el párroco empezó a acoger a los peregrinos en la
iglesia, permitiéndoles participar en el rosario y en la
celebración de la eucaristía. Los niños también rezaban ahí su
rosario. La Virgen se apareció a veces, durante este período, en
la iglesia. Incluso una vez, el mismo párroco, mientras rezaba
el rosario, vió a la Virgen. Inmediatamente interrumpió la
oración, y espontáneamente empezó a entonar un canto popular:
"Lijepa si, lijepa Djevo Mario";-"Oh, qué bella que eres,
Santísima Virgen María". Toda la iglesia pudo apercibirse de que
algo fuera de lo corriente le ocurría. Luego declaró que la
había visto. Y así, él, que hasta entonces había no solamente
dudado, sino estado en contra del más mínimo hablasobre
apariciones, se convirtió en el defensor de ellos. Dio
testimonio de su apoyo hacia las apariciones hasta tal punto que
fué condenado a prisión.
Desde el 15 de enero de 1982 en adelante, los niños vieron a la
Virgen en una estancia lateral de la parroquia. El párroco lo
preparó así por las dificultades e incluso peligros que
nuevamente se presentaron. Previamente, los niños se aseguraron
de que ello estaba de acuerdo con los deseos de la Virgen. De
todas formas, debido a la prohibición del obispo diocesano,
desde abril de 1985 en adelante, los niños dejaron de usar el
entorno de la iglesia como lugar de las apariciones. Así, en
cambio, fueron a una habitación de la casa parroquial.
En
todo el tiempo comprendido entre el principio de las apariciones
hasta hoy, sólo ha habido cinco días sin que ninguno de los
niños haya visto a la Virgen.
La
Virgen nunca se ha aparecido en el mismo lugar, ni incluso al
mismo grupo, o a una sola persona, ni tampoco sus apariciones
duran un tiempo específico. A veces dos minutos, a veces una
hora. Tampoco se aparecía cuando los niños lo deseaban. En
alguna ocasión, rezaban y esperaban, pero la Virgen no aparecía
hasta un momento después, inesperadamente y sin advertencia.
También a veces se aparecía a uno y no a los demás. Si no
hubiera prometido una hora señalada, nadie hubiera conocido
cuándo se querría aparecer o si lo querría hacer. Incluso
tampoco se ha aparecido siempre a un tipo especial de vidente,
sino a varios de diferentes edades, estaturas, razas, educación,
y formas de vida. Esto puede sugerir que las apariciones no son
producto de la imaginación. No dependen ni del momento ni del
lugar, ni del deseo ni de la oración de los peregrinos o de los
videntes, sino más bien de la voluntad de Aquel quien lo
permite.
MENSAJES
De
acuerdo con el testimonio unánime de los videntes, al
aparecerse, la Virgen dio una serie de mensajes, que han de
darse a la gente. Aunque son muchos, sin embargo se pueden
resumir en cinco temas, ya que todos los mensajes, básicamente,
subrayan o conducen a esos cinco.
Visión general acerca de los mensajes
PAZ
Ya
en el tercer día, la Virgen hizo hincapié en la paz, como el
primero de sus mensajes: "Paz, paz, paz y únicamente paz!";
después de lo cual, dijo un par de veces: "La paz debe reinar
entre Dios y el hombre, y entre la gente". Teniendo en cuenta
que, cuando la Virgen dió ese mensaje, Marija pudo ver una cruz,
la conclusión obvia es que esta paz viene de Dios. El, que a
través de la Virgen, en Cristo, llega a ser nuestra paz (Efesios
2,14); "ya que él es la paz entre nosotros"... Esta paz, "el
mundo no la puede dar" (Juan 14,27) y por ello Cristo mandó a
sus apóstoles que la dieran al mundo (Mateo 10,13) para que toda
persona pudiera llegar a ser "hijo de la paz" (Lucas 10,6). Por
eso la Virgen, como "Reina de los Apóstoles", en Medjugorje se
presentó a sí misma como la "Reina de la Paz". Quién mejor que
ella, puede convencer con más éxito al mundo de hoy, enfrentado
con la amenaza de la destrucción, cuan grandiosa y necesaria es
la paz.
FE
El
segundo de los mensajes de la Virgen es la fe. Ya en el cuarto,
quinto y sexto día de las apariciones, la Virgen exhortó a los
que estaban allí a tener una fe más fuerte. Compasiva, repitió
este mensaje muchas veces. Sin la fe no podemos llegar a la paz!
Además la fe es por sí misma la respuesta a la Palabra de Dios,
que El no solamente proclama, sino que de hecho nos la da. Al
creer, aceptamos la Palabra de Dios que, en Cristo, se hace
"nuestra paz" (Efesios 2,14). Al aceptar ésto, la persona se
convierte en una nueva criatura, con una nueva vida, la de
Cristo, dentro de ella, y comparte la naturaleza de Dios (1
Pedro 1,4.23; Efesios 2,18). Es así como la persona se asegura
la paz con Dios y con los demás.
Una
vez más, no hay nadie que pueda entender mejor la necesidad y la
eficacia de la fe que la Virgen. Por eso lo acentuó en cada
ocasión y encargó a los videntes que llevasen la luz de la fe a
los demás. La Virgen presentó la fe como una respuesta a todo,
sin importar qué cosa la gente estuviera buscando. La presentó
como el requisito previo para toda oración, deseo o petición, y
la relaciona con la salud, integridad y cualquier otra necesidad
humana.
CONVERSION
La
conversión fue otro de los frecuentes mensajes de la Virgen.
Esto presupone que advirtió tanto un debilitamiento cuanto una
ausencia de fe en la humanidad en el día de hoy. Y sin la
conversión es imposible conseguir la paz. Toda verdadera
conversión comporta la purificación o limpieza del corazón
(Jeremías 4,14), ya que un corazón corrupto o deteriorado es la
base de unas relaciones deficientes, que a su vez conducen a un
desorden social, leyes injustas, constituciones infames, etc.
Sin un cambio radical del corazón, sin la conversión del
corazón, no hay paz. Por ello, la Virgen sugiere continuamente
la confesión frecuente. Esta petición es para todos, sin
diferencia, pues "no hay ni siquiera un justo" ... "todos andan
extraviados, todos están pervertidos"(Romanos 3,10.12).
ORACION
Casi
a diario, a partir del quinto día de las apariciones, la Virgen
recomienda la oración. Ruega a cada uno que "rece sin cesar"
como Cristo mismo enseñó (Marcos 9,29; Mateo 9,38; Lucas
11,5-13). Así pues, la oración estimula y fortalece nuestra fe,
sin la que nuestra relación con Dios se desordena; así como la
relación con cada otra persona. La oración nos recuerda incluso
cuán cerca de nosotros está Dios incluso en nuestra vida diaria.
Al orar, le reconocemos, le damos gracias por sus dones hacia
cada uno de nosotros, y nos llenamos con una esperanzada
expectación de lo que necesitamos, en particular de nuestra
redención. La oración estabiliza el equilibrio del uno mismo, y
nos ayuda en nuestra "ordenada relación con Dios", sin la cual
es imposible mantener la paz ni con Dios ni con quienes están en
nuestro alrededor.
La
Palabra de Dios advierte de ella a toda persona humana, y está
esperando una respuesta de esa humanidad. Es precisamente esto
lo que proporciona a la oración su "justificación". Nuestra
respuesta debiera ser "fe hablada", u "oración". En ésta, la fe
anima, renueva, fortalece y sostiene a sí misma. A más, la
oración del hombre verdaderamente conduce a dar testimonio del
Evangelio, y de la existencia de Dios, y de este modo, provoca
una respuesta de fe en las demás personas.
AYUNO
Ya
en el sexto día de las apariciones, la Virgen recomendó ayunar,
puesto que ayuda a la fe. Esto es, la práctica del ayuno ayuda y
asegura control sobre uno mismo. Tan solo la persona que puede
dominar a sí misma es verdaderamente libre, y es capaz de
abandonarse a Dios y a su prójimo, como pide la fe. El ayuno le
garantiza que su abandono a la fe es seguro y sincero. Le ayuda
a liberarse de toda esclavitud, y especialmente de la del
pecado. Quien no está en posesión de sí mismo, de alguna manera
está esclavizado. Así pues, el ayuno socorre a la persona para
refrenarse de buscar placeres desordenados, lo que a su vez la
conduce a una vida fútil e inútil, a menudo despilfarradora de
los mismos bienes, que son necesarios a los demás únicamente
para la supervivencia básica.
Con
el ayuno recuperamos también en nosotros el don de poder
vivificar en nuestro interior el amor real para los pobres y
desposeídos, lo cual, hasta un cierto punto, modera la
diferencia entre ricos y pobres. Por una parte alivia las
necesidades de los pobres y también cura los excesos y
super-indulgencia de otros. Y a su peculiar manera, proporciona
una dimensión de paz que hoy, de forma especial, está amenazada
por la diferencia de ritmo de vida entre ricos y pobres (p.ej:
Norte y Sur).
Para
sintetizar, podemos decir que los mensajes de la Virgen subrayan
que la paz es el mayor de los bienes, y que la fe, la
conversión, la oración y el ayuno son los únicos medios para
poder alcanzarla.
Mensajes especiales
Además de los cinco mensajes que, como hemos dicho, son los
importantes, y que la Virgen inmediatamente dió al mundo entero,
a partir del primero de marzo de 1984 empezó, cada jueves,
principalmente a través de la vidente Marija Pavlovic, a dar
mensajes especiales a la parroquia de Medjugorje y a los
peregrinos que venían. Así, la Virgen, además de los seis
videntes, escoge la parroquia de Medjugorje junto con los
peregrinos que acuden aquí, para ser sus colaboradores y
testigos. Ello es evidente desde los primeros mensajes de los
jueves, cuando dijo: "Estoy escogiendo esta parroquia de forma
especial y quiero guiarla". Insistió otra vez en ello cuando
dijo: " Elijo esta parroquia especialmente, ya que me es más
querida que otras, y es donde vine gozosamente cuando el
Todopoderoso me envió." (25 de marzo de 1985). Y da otra razón
más para su elección, diciendo: "Convertíos en la parroquia, ese
es mi segundo deseo. Así, todos aquellos que vengan aquí, se
convertirán." (8 de marzo de 1984). "Os estoy pidiendo,
especialmente a los parroquianos, que vivais mis mensajes" (16
de agosto de 1984). Lo primero de todo, los parroquianos y los
peregrinos deben llegar a ser testimonio de sus apariciones, y
sus mensajes, y así poderse unir con ella y los videntes en la
realización de su plan de conversión del mundo y de
reconciliación con Dios.
La
Virgen conoce bien la debilidad por naturaleza de los
parroquianos y peregrinos con los que desea colaborar en la
salvación del mundo. Es consciente de la necesidad de la fuerza
sobrenatural. Por ello, les conduce a la fuente de tal fuerza.
Que es, antes que nada, la oración. Ardiente y continuamente nos
exhorta a rezar. De toda la oración, acentúa especialmente la
santa Misa (7 de marzo de 1985, 16 de mayo de 1985), y
recomienda continuamente la devoción al Santísimo Sacramento (15
de marzo de l984). También anima hacia la devoción del Espíritu
Santo (2 de junio de 1984, 9 de junio de 1984, 11 de abril de
1985, 23 de mayo de 1988, etc.) y la lectura de la Sagrada
Escritura (8 de setiembre de 1984, 14 de febrero de 1985).
Con
estos mensajes especiales a la parroquia y a sus peregrinos, la
Virgen desea que los primeros mensajes, que al principio fueron
dirigidos al mundo entero, sean profundizados, hechos más
aceptables y comprensibles a los demás.
Desde el 25 de enero de 1987, la Virgen empezó a dar el mensaje
el dia 25 de cada mes, en lugar de cada jueves, a través de la
vidente Maria Pavlovic. Esto continúa hoy.
fray. Ljudevit Rupcic
Profesor de teología y traductor al croata de la Sagrada
Escritura
Reside en Medjugorje